Ya no quiero ser feliz. Me conformo con ser libre. Sobre todo libre de mis recuerdos. Me acuerdo de una vez que hable con cierta mujer, se que tenia el pelo rubio (ese color de tinturas baratas que no te deja saber si es rubio, naranja o una ilusión psicodélica divertida de tu propio cerebro) me senté al lado de ella y me hablo. En el peor día de mi vida, una desconocida me conoció más que yo.
“Los recuerdos son lindos, pero son como los adornos uno los guarda porque representan cosas. Imagínate si tuvieras una repisa con recuerdos ¿Cuándo empezarías a tirar viejos para guardar nuevos? No hay que guardar recuerdos, es mejor no guardar nada y llevar las enseñanzas con uno”
No se si la entendí.
Me siento sumergida en la soledad más oscura de todas. Es domingo, y seguramente eso tenga mucho que ver. Los domingos son así, días de borrasca.
“Como si aquel instante
fuera a ser el primero
del resto de sus vidas
días de borrasca
víspera de resplandores
Cuando el futuro es improbable
cuando pensar no es suficiente
y cuando aquello que en teoría
no puede haya sucedido...”
Podría repetir hasta el infinito esta canción.
“Ocultarme como un río subterráneo
gritaba como un niño, inevitable temor
una mala borrasca me hizo buscar
un poco de calma
en un sueño a escondidas
Siempre buscando una fuente
para poder respirar
cuando diviso un pasadizo a lo lejos
creo enloquecer
Apartarme de los ruidos que escuchábamos ayer
perderme en el olvido, solitario
y echaré por tierra todo un mundo creado
desde tiempos de Eva
en un pozo sin fondo”
Apartarme de los ruidos que escuchábamos ayer…. Ojala pudiera esconderme como un río subterráneo, Bunbury habla de cosas difíciles como si uno las pudiera hacer fácilmente.
“En sus ojos apagados
hay un eterno castigo,
el héroe de leyenda
pertenece al sueño
de un destino.
Encerrado en el tiempo
ha perdido el valor
para escapar de su celda
el héroe sin ilusión”
Me parece que no debería haber empezado a escribir porque se me cruzaron mil cosas por la cabeza y mis dedos no van tan rápido.
Yo, ya no pido ser feliz. Solo pido ser libre de recuerdos y no tener la necesidad de escapar, ni de esconderme de nadie. ¿Te acordas que yo no tenia miedo?
Apología Confesa
“Cuando la tarde se tarda, en dejarse
acariciar por los bordes del eco de
tu sonrisa, esa que desgarra rutinas,
y estalla despacio, tan suavemente,
este alado capricho de pensarte
pensándome al lado, desnudando, la
melancolía de la mirada que te busca.
Me distraigo jugando en los renglones,
el café habrá de enfriarse mientras
el cenicero abre su boca, la calle,
sus brazos, el pecho sus cortinas.
La radio dice que quedan siete minutos
para las seis de la tarde,
la heladera agrega que debería pagar
antes del segundo vencimiento,
gruñe el jazmín del balcón:
si vuelvo a echarle agua exigirá salvavidas
y a la alfombra no hay cielo raso que le venga bien.
Esto de extrañarte tanto, casi tanto,
musa azul de este poetabsurdo,
cosquilla de pólvora de este payaso de extraña estampa,
como astronauta de tus sueños, hombro
y pañuelo de tus domingos.
Despeino los minutos descubriendo
cuan terrible crimen contra la poesía
es
no robarte
UNA SONRISA”
Gracias Javier y gracias a los héroes del silencio, por auspiciarme el post.
Siento que perdí algo. No se donde. No se como. No se cuando.
Ojala lo encuentre, pronto.
No comments:
Post a Comment